de nudos
marinos;
amedrentados
por la falta
de oxígeno
al descender
sin branquias,
ni ramas
donde
agarrarse.
La agreste
inconsciencia
de abandonarse;
asfixiarse
en silencio.
Sin voz;
la sangre
coagulada
y los versos
prohibidos
agarrotan
flemáticamente.
Vida abisal:
intransigente
y perenne.
Asolada
por la química
letal.
Arena
cáustica
diluida
en somníferos.
Tan viva.
Tan muerta.
Renazco
en las almas
que amo.
Anegada
al olvido
infinito
de mi aliento
sumergido.
Hondura - Miren Laluna |
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