(Haz que no
muera
sin volver a verte)
Alejandra
Pizarnik
Un enjambre
de abejas,
mi cabeza.
Alambre,
aguijones y astillas;
plagas, estacas y llantos.
Los llantos más puros
que puedan llorarse.
Inviernos eternos.
Añoranza salvaje
de tus abrazos.
Existir muerta
y azacanarme
para nacer.
¡Despertarme!
Si me rindo
no habré vivido.
Intentando
arrostrar
a esquirlas
el desequilibrio,
acérrimo,
de mis sentidos.
Solo pido
abandonar
el estrépito
incesante
de mis vísceras
raídas
de pugnar
contra desiertos.
Páramos,
entre tu, yo;
y el silencio
dónde nos
inundamos
al despedirnos.
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