La pausa se alarga, se hace infinita. El silencio
ensordece, solo la lluvia interrumpe el vacío; dulces e incesantes gotas
acariciando mis párpados abiertos al naufragio. Mientras decrece el coraje y se
desgarran corazas; construidas para retener lo que al final me ha abatido.
Creer en lo perdido.
Volver al mar, los latidos en las rocas invocando
profundidades. Navegar desnuda y sin anclajes en la oscuridad, dejarse llevar. Acabar para volver a empezar; el agua despierta los
sueños abrumados.
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