sábado, 18 de enero de 2014

Luciérnagas

Guarecerme en la niebla.
Blanco fulgurante en ojos ciegos.
¡Pintar; qué el color vuelva!
Trepar la agreste hiedra,
dejar el luto amargo a los vientos.

¡Qué esta vez no me pierda!
Luciérnagas, irisando cielos;
causando incendios a los infiernos
que el invierno no siembra.

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