"You've got a warm heart,
You've got a beautiful brain.
But it's disintegrating,
From all the medicine..."
Daughter - Medicine
Mucho más que una adicción, muchísimo más que una obsesión. Más que yo misma o mi propio cuerpo. Más aún que la vida o la muerte.
Yo, simplemente te quiero, y mi querer es sincero. Quiero al mundo entero. Sin recibir nada a cambio; no cambio por nada mi capacidad de amar. Incluso aquello que ya ha muerto en el alma de quien ya no me quiera, de quien ya no me espera.
Encerrada en un Hospital temido; por el miedo a cerrar puertas que no puedan abrirse, por el pánico a abrir otra y encontrarme en un lugar aún más vacío. Por tantas ideas discordantes que me llevarían a tus brazos; abrazados a otro nombre. Por el nombre de este lugar, tan familiar; y antes, y ahora, tan asociado a la locura. No hay cura. La vesania que tiene más sentido en mi, que nunca. En mi sinsentido absoluto.
Por tu voz, que ya ni puedo recordar. Por tu amor y tus ojos prohibidos, su color indescifrable. Por haberte perdido y no darme cuenta de que era yo quien me perdía. Por haberme perdido, por permitirlo; desconozco si vivo.
Cuánto mas insisto en mi afán de conservar lo que nos hizo unirnos, si sigo mis latidos sin creer en el fin. Más me separo de mi.
Más medicación que no detiene mi mente ni mi corazón. Y no dejo de preguntarme: ¿Quién fue el maldito inútil qué inventó pastillas creyendo poder matar los sentidos; los sentimientos? Ni con todas las drogas del mundo, podrían conseguir una desgracia tan brutal en mí.
Más medicación que no detiene mi mente ni mi corazón. Y no dejo de preguntarme: ¿Quién fue el maldito inútil qué inventó pastillas creyendo poder matar los sentidos; los sentimientos? Ni con todas las drogas del mundo, podrían conseguir una desgracia tan brutal en mí.
Drogas sintéticas de laboratorio. Si al menos hubiera alguna que matará la tristeza o el dolor; me repito: solo es medicina. Solo es medicina... Pero no alivia el ardor de los cielos a través de los cristales, ni los sueños rotos. Entonces, ¿Qué estoy haciendo? ¿Adaptarme a una rutina que dilata mis pupilas y estrangula mi cerebro? Yo sigo latiendo y viviendo. Solo muero una vez al día cuando me duermo, anestesiada y perdida.
Mi casa: un psiquiátrico donde no pasan las horas y se acumulan las esperas y la desesperanza. ¡Envenenadme hasta la médula! No basta con contener los ríos para que se desborden. Construir presas que acabarán estallando por la fuerza de la naturaleza. No bastará con sedarme para que algún día vuelva a despertarme.