miércoles, 26 de febrero de 2014

Medicine


"You've got a warm heart,
You've got a beautiful brain.
But it's disintegrating,
From all the medicine..."
Daughter - Medicine 
  
Mucho más que una adicción, muchísimo más que una obsesión. Más que yo misma o mi propio cuerpo. Más aún que la vida o la muerte.
Yo, simplemente te quiero, y mi querer es sincero. Quiero al mundo entero. Sin recibir nada a cambio; no cambio por nada mi capacidad de amar. Incluso aquello que ya ha muerto en el alma de quien ya no me quiera, de quien ya no me espera.
Encerrada en un Hospital temido; por el miedo a cerrar puertas que no puedan abrirse, por el pánico a abrir otra y encontrarme en un lugar aún más vacío. Por tantas ideas discordantes que me llevarían a tus brazos; abrazados  a otro nombre. Por el nombre de este lugar, tan familiar; y antes, y ahora, tan asociado a la locura. No hay cura. La vesania que tiene más sentido en mi, que nunca. En mi sinsentido absoluto.
Por tu voz, que ya ni puedo recordar. Por tu amor y tus ojos prohibidos, su color indescifrable. Por haberte perdido y no darme cuenta de que era yo quien me perdía. Por haberme perdido, por permitirlo; desconozco si vivo.
Cuánto mas insisto en mi afán de conservar lo que nos hizo unirnos, si sigo mis latidos sin creer en el fin. Más me separo de mi. 

Más medicación que no detiene mi mente ni mi corazón. Y no dejo de preguntarme: ¿Quién fue el maldito inútil qué inventó pastillas creyendo poder matar los sentidos; los sentimientos? Ni con todas las drogas del mundo, podrían conseguir una desgracia tan brutal en mí.
Drogas sintéticas de laboratorio. Si al menos hubiera alguna que matará la tristeza o el dolor; me repito: solo es medicina. Solo es medicina... Pero no alivia el ardor de los cielos a través de los cristales, ni los sueños rotos. Entonces, ¿Qué estoy haciendo? ¿Adaptarme a una rutina que dilata mis pupilas y estrangula mi cerebro? Yo sigo latiendo y viviendo. Solo muero una vez al día cuando me duermo, anestesiada y perdida.
Mi casa: un psiquiátrico donde no pasan las horas y se acumulan las esperas y la desesperanza. ¡Envenenadme hasta la médula! No basta con contener los ríos para que se desborden. Construir presas que acabarán estallando por la fuerza de la naturaleza. No bastará con sedarme para que algún día vuelva a despertarme.

martes, 25 de febrero de 2014

Pesadillas

Despierto recordando demasiados sueños. Noche tras noche. Sueños; ya no tengo, solamente pesadillas, repetidas. Una termina y la siguiente empieza. Me despiertan; asustada, gritando e insomne. ¿Cómo voy a olvidarte? Si al conseguir dormirme creo en desastres. Levantándome incontables veces; del mundo onírico y estremecedor dónde habitas.

Abro los ojos y se desvanecen los tuyos. No existen pastillas para dormir sin miedos, para tantas tristezas. Ni para sobrevivir al silencio.

jueves, 20 de febrero de 2014

Naufragio

Abrir y cerrar puertas.

Pasos repetitivos en pasillos sin salida; medicina apagando las miradas que me acompañan. La luz se escapa entre mis manos, en salas dónde siempre es de noche; y ni las estrellas, ni la luna, brillan. Se esconden detrás de estos muros, las busco y no hay forma de encontrarlas para que de nuevo, brillen. ¡Qué me derriben! ¡Qué entierren esta lucha, que infinitamente he vivido; y siempre he perdido!
 
Que mi vida se desangre, a gotas o a ráfagas. Que se desborden los ríos. Que todo termine, porqué jamás empezó.
 
Que el mar eterno inunde este silencio que no acalla los naufragios. Rojo, amenazante y profundo. Me hundo. Olas que me arrastren a la muerte; o al fin de la mala suerte. Que terminen los bailes mientras las orquestras sigan sonando. Yo seguiré cantando, espantado los males. Buscando posibles finales.
 
Tanto nos amamos; y nos amaron, los mares que antaño navegamos. Tantos besos y promesas bajo el agua. Hicimos montañas; y se convirtieron en glaciares. Derretidos en tu huida. Los deshiciste, y me deshice. Hoy, son, todas mis lágrimas vertidas.
 
Vuelvo a escribir. Con la cabeza distinta; con aguda distimia. 

Sin coraje para el desanclaje; para sobres, sellos, ni viajes. Amo y lloro a solas; sin olvido y sin vivir. Como los buques perdidos que yacen esperando resurgir. Sin destino, voy a la deriva.
 
Tú tan vivo y yo tan viuda.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Piedraluna

 
Once días en camas prestadas.
 
Cinco en el "infierno". Cinco, casi seis; en el "paraíso". Infiernos y paraísos demasiado relativos. Hospitales y letargos. Historias y cuentos amargos. El Infierno es mi alma; inmortal. El paraíso fué la tuya; ya tan muerta.
 
Me quebranté y tu partiste. Aún más partida y repartida; ya no existen los lugares para recomponer nuestras melodías. Los dramas repitiéndose cíclicamente; insaciables, los días, los años; los siglos que seguiré buscando, exhausta, los trozos perdidos.

¿Cómo vuelvo si olvidé los caminos y los atajos? ¿Qué puedo hacer con todo lo que extraviamos?

Solo necesito un ápice de luz, la justa para no cegarme. Y que me acompañe la imaginación y la magia de mi infancia, tan lejana y tan gravada. Volver; para perderme en mis montañas. Transformarme en piedra, irisada y fuerte. Piedraluna, que alumbre la noche.

Sin medios y multiplicando mis miedos.

Moonstone - Miren Laluna
 




sábado, 8 de febrero de 2014

I should look for an out

No me quedan palabras,
ya no tengo más fuerzas.
No me quedan ni huesos.

Todos mis órganos están muertos.

Me voy; no sé cuando voy a volver
Hoy será mi último amanecer.
Voy a echaros tanto en falta...
Olivia, Musa y mi casa.

¿Cómo he llegado a este punto?
mente y cuerpo difunto,
estar muerta y estar viva.

Debo buscar una salida.

Prometo encontrarla y poder regresar;
Siempre me salvo, mientras pueda amar.
Por todos, a los que tanto quiero.
Seguiré mi lucha contra el viento;
para que esta vez, pierda mi infierno.

Y si consigo ganar,
no estar así nunca más;
habré llegado a la salida.

Sabré que no estaba perdida.

Ojalá pueda escalar
mi caída más brutal.
Ojalá pueda dejar,

lejos y enterrado el mal.

martes, 4 de febrero de 2014

Desaparecer

La Calle
Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
 Octavio Paz

Pesan en mis rastros, los campos yermos, helados; dónde invierno anestesiada  al raso. Empieza Febrero. Todo se escapa demasiado rápido, si deseas dormir, eternamente. Octubre tan dulce… y el maldito Noviembre. Detuvo los meses. Me he vuelto una piedra a contracorriente. Erosionada por los golpes; gravados más adentro, dónde solo hay silencio.
La calle llora cuando entro a casa sola, y subo las escaleras corriendo. Sabe que no hay nadie. Le entristece que no estés, como antes. Llora la ausencia y se apaga entre lluvias; por la demora y el amor sin mesura. Oscurece al encerrarme. Detesto las luces que no alumbran y las que enciegan. Y al desaparecer; desaparecen las esperas.
Tus cenizas, tus promesas y tus palabras; se las lleva el viento. Aunque el viento me lleve. Mis cenizas, mis promesas y mis palabras; siguen ilesas.
Madrugadas descendiendo las paredes que me apresan. Derrumbándose; caen restos de pasado, aún presente. En simbiosis; pierdo peso y piezas, se ensanchan las grietas. Las heridas profundas de mis entrañas. La necrosis de esperar, por todo o por nada. Mis humos verdes, tus iris verdes; de un color inexistente. Mirándome fijamente desde la mañana en que te fuiste. Jamás creí que no volverías, que nunca hayas vuelto. Solamente apareciste fugaz y celeste, algunas noches inolvidables que no fueron suficientes. Me brindaste la mejor despedida, aunque no era consciente, y sigo negándome a recobrar el sentido. La ternura en cada respiración, los latidos entre sabanas, besos, llantos, y verdades que sanaban mis miedos. En un abrazo despertamos siendo uno; con el amor más puro, y sin anclajes. Yo pensaba que no escribíamos finales, y creía apasionadamente en las comas, pero acabamos en un punto. En un punto indescifrable.

Te marchaste, y me quedé con el polvo de las estrellas que han muerto. En el letargo más siniestro. Yo recordando tus ojos y tú enamorándote de otros. Sin reproches me quiebro y no duermo sin tu cuerpo. No sangro ni lloro. Quizás ya estoy muerta; o nací muriendo, como los astros. Vuelvo la vista y pierdo la vida.

Espero que la vainilla, tus sueños, un brindis, la luna, un tren o un amanecer… cerca de la playa; dónde me llevabas enamorada por caminos de agua. Te recuerden mis sonrisas y mis fuerzas. Nuestro primer abrazo, y nuestro último beso. Nuestra primera, y nuestra última noche. Cuando nos conocimos, aún tan pequeños. Todo lo que dibujé y di por ti. Tú música. Todo lo que tú diste por mi. Nuestra calle y nuestra casa. Olivia y Musa. Por favor, no olvides la magia. Recuérdame entonces, cuando aún tenía el mar y el amor en la piel. Recuérdame abrazándote; la felicidad más grande iluminándome más allá de mis límites. La belleza de amarnos, salvándonos. El infinito que construimos.
No vuelvas si no me salvo. Solo yo podría hacerlo; a pesar de querer tus manos para escapar del infierno y volver a tu eterno cielo. Yo eternamente te quiero. Nunca te quise por un tiempo, el tiempo no existe; y yo siempre te querré para siempre.

Prefiero el ayer para ti. No quisiera cambiar tus recuerdos por lo que soy; huesos enterrados entre escombros tratando de florecer. Si no vuelvo a desaparecer. Si me salvo, otra vez. Espero volverte a ver.
Desaparecer - Miren Laluna